El relator Luis Elías Sojit bautizó así al arquero de Vélez Sarsfield, Miguel Rugilo, en el debut de la selección argentina en Wembley frente a Inglaterra en 1951 (victoria local 2-1).
Argentina ganaba 1-0 (Boyé) y fue Rugilo, el hombre de la melena, gruesos bigotes y figura imponente, el encargado de frenar la lluvia de centros y disparos desde larga distancia del equipo británico.
Ni el empate logrado por Milburn, ni el gol de Mortensen a poco del final, empa├▒aron la memorable actuaci├│n del efectivo arquero que, con una trayectoria de 18 a├▒os en primera, qued├│ inmortalizado con sus atajadas en aquellos inolvidables 90 minutos de Londres.